PORQUÉ VIVO EN EUROPA II

ES

Mi paleta de colores grises próxima a la pintura con tinta china contrasta con los radiantes azules y anaranjados de la luz mediterránea, provocando en mí, aun hoy, un dilema. Cuando Franco Bombelli, propietario de la Galería Cadaqués, me propuso un contrato, era el año 1977 y yo tenía 37 años. Seguramente debió de sentirse atraído por el estilo oriental de mis obras, a pesar de que las tonalidades grises no encajaban con el paisaje mediterráneo. Por contra, desde Japón, exigían que mis obras fueran más coloridas a lo que no hice más que hacer oídos sordos. Bombelli exponía mis cuadros cada verano, y a copia de ello, mi nombre se convirtió en sinónimo de color gris. Y hasta hoy, el color del Cucurucuc […]